¿Es el rey de los eventos? En cualquier caso, el incentivo es un formato de evento muy especial: orientado a ofrecer experiencias realmente únicas y memorables a un colectivo de alto valor (mejores comerciales, distribuidores, clientes…), podría ser el evento del puro ROI. Un evento que se rentabiliza incluso antes de tener lugar, por su efecto de estimulación de resultados que permite como premio ansiado que es. Y tras la pandemia, han vuelto a lo grande. Pero como cualquier evento, están sometidos a las tendencias y cambios sociales del momento; así que te traemos siete tendencias que tienes que integrar a tus incentivos para que sean más relevantes que nunca. ¿List@ para ponerlas a prueba en tu siguiente evento?
Pon el foco en la salud. Era una tendencia incipiente antes de la pandemia, pero hoy está más clara aún: cuidar del bienestar mental y físico es cada vez más una prioridad en nuestra sociedad. Así que, si antes tus incentivos dejaban apenas tiempo para descansar a tus asistentes o si la adrenalina permanente estaba de moda, es hora de cambiar e integrar más actividades deportivas como crossfit, yoga o pilates.
Incorpora este tipo de actividades en tus incentivos y consigue que tus participantes se cuiden más allá de vivir experiencias extremas. En la era del “super estrés”, te lo agradecerán. ¡Eso sí! Ten en cuenta a tus asistentes y selecciona deportes que puedan adaptarse a participantes con diferentes niveles de habilidad y condición física, y varios gustos (no todos somos capaces de hacer la postura del árbol…)
Piensa en eventos cada vez más personalizados, en su narrativa… Un buen incentivo tiene que estar hecho a medida, así que olvídate de proponer un viaje a Nueva York si no tienes un motivo que lo justifique. El incentivo es (antes de ser un viaje único) un evento de empresa y tiene que ser tematizado según la vida, la cultura, la actividad de la empresa. Desde elementos decorativos (que si galletas con el logo de la compañía, que si decoración con los colores corporativos…) hasta un storytelling a medida, tu incentivo tendrá mucho más éxito si parte de un análisis de la empresa, sus prioridades del momento.
… y en las actividades. El “café para todos” ya no se lleva. Las compañías buscan cada vez más ofrecer a sus empleados una experiencia personalizada, que va desde los obsequios, la gastronomía o, sobre todo, las actividades: no todo el mundo quiere subirse a un helicóptero o hacer meditación. Piensa en proponer menús con varias opciones o diferentes acciones a realizar (manteniendo algunos momentos plenarios, no deja de ser un viaje de grupo). Acerca de las últimas exigencias en la personalización de eventos, se incluyen experiencias exclusivas, flexibilidad, comunicación y contenidos personalizados, y servicio personalizado.
Fomenta el networking. ¡Es la base! La experiencia única es importante, pero nunca olvides que, como cualquier evento, un incentivo es ante todo un momento compartido. Y su valor es, más allá de crear un recuerdo de las cataratas de Iguazú, lo que se ha vivido como grupo. El incentivo es la herramienta perfecta a través de la que fomentar el espíritu de grupo en el equipo. Según el Índice sobre viajes de incentivos, el 63% de los preguntados considera que las actividades que promueven las relaciones entre los participantes son uno de los puntos clave para lograr un incentivo exitoso.
Vinculado a este punto, una de las tendencias identificadas por IRF en la organización de incentivos es permitir que los participantes dispongan de más tiempo libre, al ser estos los momentos perfectos para que puedan conocerse mejor entre sí. Además de disfrutar de las actividades programadas, el ofrecer al equipo pausas más largas entre actividad y actividad les permitirá generar lazos fuertes. Y ya sabes: busca salir del incentivo no con un conjunto de personas, sino con un equipo que ha vivido algo único juntos.
Integra la tecnología (en su justa medida). La interacción y participación de forma activa es uno de los principales objetivos de los incentivos, y la tecnología se ha demostrado como una gran herramienta para fomentarlas. Hablábamos previamente de los eventos con una personalización cada vez mayor, algo que la implementación de la tecnología facilita también. Integrar una app para tu evento permite facilitar los mensajes de grupo (acabarás con un muro de comentarios realmente increíble), compartir fotos, dar instrucciones… También algunos destinos ofrecen actividades inmersivas memorables. Pero, cuidado: lo tecnológico también aísla a la gente, así que no dudes en proponer momentos tech-free: la puesta de sol en el templo de Bagan se disfruta mejor sin el smartphone de por medio.
Sé responsable. Poner a la práctica los valores sostenibles y éticos de la compañía a través de sus acciones es una tendencia fortísima. Son varios los motivos que lo explican: primero, el viaje lejano puede ser un tema delicado… pero si se trata de ayudar a la comunidad local, entonces cobra otro significado. Igualmente, todos queremos ser mejores personas y los sentimientos que florecen al hacer algo para la población local son realmente fuertes. Una actividad como, por ejemplo, reformar una escuela, en presencia de los jóvenes y compartiendo momentos con ellos, es absolutamente emocionante y motivante. Finalmente, las empresas tienen cada vez más un propósito exigente y el incentivo es un momento en el cual poner en escena este compromiso. De acuerdo al Estudio de Tendencias 2023 del Incentive Research Foundation (IRF), casi el 80% de los encuestados afirmaron haberse sentido presionados por sus clientes para ofrecer opciones más sostenibles en los viajes de incentivos. Otro impacto de esta tendencia es que, según los entrevistados en la investigación sobre responsabilidad social y sostenibilidad, cuando el evento se celebra a tres horas o menos, se fomenta el transporte en tren o coche.
Redescubre el territorio más local. De la mano de la anterior tendencia y dentro de ese compromiso por ser más sostenibles, se priorizan los eventos más cercanos. Además, algunos incentivos son ya demasiado cortos como para ir a la otra punta del mundo, lo cual fuerza a redescubrir territorios cercanos. Tal y como se demostró en el estudio sobre responsabilidad social elaborada por IRF, los destinos más cercanos – especialmente los que no requieren desplazamientos por aire – están ganando protagonismo. Cuidado: ir a Australia siempre será más impresionante que quedarse en España, pero España, Marruecos, Francia, Portugal o Italia son destinos absolutamente increíbles, donde es posible vivir experiencias igual de emocionantes. Eso sí, en ellos existe el reto de “reinventar el destino” para conseguir que los asistentes disfruten de él de una forma completamente novedosa.
Dentro de esta tendencia, destacan desde la organización, ha crecido esa búsqueda de “experimentar lo local”. Esto se traduce en optar por un catering con productos de la zona, conocer más de cerca la tradición local, interactuar con un artesano o un artista del lugar y entender las increíbles tradiciones que mantiene. Aunque vivamos en la misma región, es mucho lo que no conocemos y podemos descubrir sobre ella…