Un viaje de relax y actividades memorables de equipo en Maldivas, una aventura por los Andes, peregrinar por el camino hasta llegar a Santiago de Compostela… Los viajes de incentivo abren todo un abanico de posibilidades, con cualquier destino imaginable como lugar de celebración e infinitas actividades a organizar en ellos. Son, sin ninguna duda, una experiencia única para los empleados, pero ¿te has preguntado alguna vez qué se logra en este tipo de viajes? Seguro que estas 10 ventajas te animarán a que tú también organices un viaje de incentivos.
1. Un momento de desconexión…
¿A quién no le gusta romper con la rutina y desvincularse por unos días del trabajo? Los viajes de incentivos son el momento ideal para dar un respiro a tus empleados y compensarles por su trabajo. Esta especie de “vacaciones”, además, generan experiencias en las que se busca hacer felices a los empleados, momentos en los que disfrutar y divertirse desde el principio hasta el último día.
2. … promovido por la compañía
No pierdas nunca de vista este punto a la hora de organizar el viaje de incentivo. Sí, estos viajes tratan de generar momentos memorables, pero siempre de forma que el trabajador vincule esas experiencias vividas con la compañía. De esta manera, se genera una relación muy positiva con el empleado, que asociará el viaje con la empresa. ¡Recuerda! El incentivo es también una herramienta súper poderosa para comunicar, así que no te olvides de hacer que los valores de la compañía estén presentes en cada una de las partes del viaje.
3. Reconoce el trabajo de los empleados
¡Se llama “viaje de incentivo” por algo! Como comentábamos en el primer punto, en estos viajes se premia el esfuerzo de los trabajadores, si han llegado a determinados objetivos… En definitiva, se les felicita y compensa por el buen trabajo realizado a lo largo del año, lo que los empleados valorarán muchísimo.
4. Establece lazos de unión
Los equipos de trabajo se convierten por unos días también en compañeros y compañeras de viaje, lo que significa que la convivencia irá más allá de la oficina. Aunque en parte supone un reto, esta es una gran oportunidad para conocer más y mejor a esas personas con las que pasamos la mayor parte de nuestro día y de las que apenas conocemos nada. Por supuesto, conseguir mejores relaciones a nivel personal también permitirá un mejor entendimiento laboralmente hablando. ¡Un win-win asegurado!
5. Haz que los trabajadores se sientan parte de un gran grupo
Sí, en los viajes de incentivos se generan relaciones interpersonales mucho más fuertes, pero también un gran sentimiento de comunidad. Al fin y al cabo, el incentivo reúne a personas que, en algunos casos, trabajan en equipos diferentes dentro de la misma compañía. Conocer y entender más sobre el papel del resto de compañeros en la empresa es clave para que cada uno de los miembros que conforman la compañía acaben sintiéndose parte del gran colectivo que es la empresa.
6. ¡Estrés fuera!
Venir de vuelta de un viaje de incentivos es una sensación muy similar a la de volver de vacaciones: el estrés de la oficina queda atrás por unos días para realizar actividades en las que disfrutar junto al resto de compañeros. Conseguir generar momentos de distensión es una de las máximas de cualquier incentivo, cuyos beneficios también influirán en el rendimiento del trabajador de la empresa. ¡Lo verás en los siguientes puntos!
7. Aumenta la productividad
No tengas ninguna duda: los viajes de incentivos harán que tus empleados vuelvan con más ganas al trabajo y que obtengan mejores resultados. Es normal: se sentirán queridos por la compañía, habrán realizado actividades y vivido experiencias que de ninguna otra manera hubiesen podido disfrutar si no fuese a través de un incentivo. ¡Unas jornadas perfectas para cargar pilas y volver con más fuerza que nunca! Además de volver mucho más productivos gracias al descanso de unos días, ¡recuerda que viajar es la mejor forma para tener una mentalidad más abierta! Descubrir nuevas culturas, creencias y costumbres es una gran forma de alimentar nuestra curiosidad y de desatar nuestra creatividad gracias a las ideas y experiencias nuevas que nos aporta.
8. Sé capaz de orientar la actividad todo el año
El programa de incentivo es una herramienta de acompañamiento: los objetivos combinan objetivos de venta, posventa, VO… Trabaja el incentivo todo el año con un plan de comunicación, en el cual animas la competitividad de los participantes, informando de cómo van a nivel de resultados y estimulando el esfuerzo. Además, la trazabilidad por parte de los participantes es imprescindible para que mes a mes puedan ver la posición en la que están y sepan qué palancas deben activar para poder subir en el ranking. ¡Incluso si crece una prioridad para la empresa, puedes añadir nuevas maneras de puntuar sobre la marcha!
9. Retén talento
Tenlo en cuenta: las nuevas generaciones son inconformistas, exigentes y no se caracterizan precisamente por buscar trabajos estables. Conseguir retener talento en la actualidad es todo un reto que, aunque no se soluciona únicamente organizando viajes de incentivo, su celebración sí que pueden ser de ayuda para convencerles de mantenerse en su puesto de trabajo.
10. Promociona a través del incentivo tu empresa
No es, ni de lejos, la ventaja más importante de un incentivo, pero es cierto que te repercutirá de forma positiva. Ya que lo celebramos, ¿por qué no dar a conocer a todo el mundo lo que hacemos en la empresa? Igual que se comunica a través de redes sociales los diferentes proyectos que la compañía lanza, informar acerca de en qué ha consistido el incentivo repercutirá positivamente en la imagen de la empresa y servirá como forma para incentivar que otras personas ajenas a la compañía se interesen por ella.